El vacío de nuestras palabras
Sólo es comparable con el vacío de nuestro ser.
No hay nosotras, ni vosotros, ni ellas.
Sólo Yo, Tú, Él.
Y, de vez en cuando, si nos ponemos a pensar,
Sólo entonces, aparece Ella.
Fingimos ser felices,
Porque la realidad nos abruma.
Miramos a los lados buscando paz,
Y lo hallamos sólo si vemos la guerra.
Estamos podridos,
Nos corrompe nuestra propia imagen.
Y si todavía no es así,
Démonos unos minutos
(Más no, lo efímero es lo importante),
Que cambiaremos de opinión,
Igual que hacen los insectos
Cuando la que tienen les queda pequeño.
Creemos que todo se mueve a nuestro alrededor,
Sin darnos cuenta realmente,
De que lo único estático somos nosotros,
De que sobre nuestros cuerpos
Las flores brotarán sin problemas,
Los pájaros posarán a descansar.
Quizás amemos lo fugaz porque así nos sentimos,
Y no sabemos cómo dejar de serlo.